En este artículo quiero describir lo que supone para mí una de mis mayores aficiones, el baloncesto. Y quiero hacerlo en este artículo como si fuera una carta abierta al baloncesto, contándole aquello que ha supuesto en mi vida.
"Hace ya unos años que nos conocemos. Todavia soy muy joven, tengo 20 años, y estoy empezando a saber lo que es vivir, estoy aprendiendo día a día lo que es la vida. Pero llevas a mi lado gran parte de mi vida.
Recuerdo los primeros días en los que estábamos juntos. Eran días en los que en las clases de gimnasia, el profesor siempre daba un rato libre para que jugáramos a lo que nos apeteciese. Mientras todos los chicos de la clase se iban a la pista de fútbol a jugar, yo prefería coger una pelota de baloncesto e irme a las canastas a echar unos tiros, y así empece a disfrutar de ti.
Empecé a aficionarme. Lo que era un simple entretenimiento en las clases de gimnasia empezó a convertirse en una afición. Comencé a interesarme por el Caja San Fernando, el equipo de mi ciudad, viendo las crónicas de los partidos en los periódicos. Por aquel entonces, la ciudad de Sevilla vibraba con el Caja y sus jugadores (Richard Scott, Andre Turner, Nacho Romero, Ivan Corrales...), ya que el Betis y el Sevilla no daban muchas alegrías que digamos, llegaron a bajar los dos a Segunda el mismo año.
Seguía interesandome por ti. Seguía al Caja, pero no pasaba de ahí, hasta que en 2003, recién empezado el año, en una tienda de papelería y de prensa, descubrí una revista que trataba de la mejor liga del mundo, la NBA.
Aunque para mí el precio de la revista era ciertamente caro, ya que 3,60 € para un niño de 12 años era un pico de dinero, compré la revista, ya que no seguía mucho la NBA y quería enterarme de lo relacionado con ella. La afición por ti hacía que empezase a darme igual ciertas cosas, como quedarme algo pelado de dinero para otras cosas.
La revista me encantó. A partir de ahí, mes tras mes, seguí comprando la revista. De una manera u otra, encontraba dinero para comprarla. También empecé a comprar de vez en cuando la revista Gigantes, una de las revistas pioneras del baloncesto en España.
Hubo unos meses en que no compré la revista de la NBA, ya que no la encontraba por ningún lado. A mí se me hizo algo horroroso, leer la revista era una de mis mayores aficiones y no podía disfrutar de esa afición.
Al final, volví a encontrar la revista, y desde entonces, no he dejado de comprarla. También me volví un buen seguidor de la revista Gigantes.
A partir del 2007, te conocí mucho más a fondo. En el verano de ese año, estando en el Fnac, vi un libro que trataba de la NBA. "Generación NBA" se llamaba. Su precio era alto, unos 26 pavos, que entonces (y hoy también) era un buen dinero. Al poco tiempo conseguí juntar dinero suficiente como para comprarlo.
En verano, ya se sabe, hay mucho tiempo libre, y en más de una ocasión surge el aburrimiento. Así las cosas, me leí el libro en una sola semana, cosa increíble teniendo en cuenta que el libro tiene unas 700 paginas.
Poco tiempo después, me ocurrió lo que me introdujo de lleno en ti. Empezado el curso de 1º de Bachillerato, vinieron a la clase de gimnasia un grupo de personas del IMD de Sevilla, para promocionar unos cursos de arbitraje de varios deportes (futbol sala, baloncesto, voleibol y balonmano), ya que todos los años había una cantidad mínima de arbitros.
Nos dieron a cada uno un papel de inscripción al curso, por si decidíamos apuntarnos. Yo decidí dar un paso al frente e inscribirme en el curso de baloncesto, la curiosidad me picaba: saber como se sentía uno siendo árbitro, formando parte de una competición, haciendo algo relacionado con el baloncesto, sacándome un dinero para mis gastos...
Hice el curso de árbitro, en el que se nos enseñó las reglas de baloncesto al dedillo. Aprobé dicho curso, con lo cual, ya era árbitro. Para mí, era un mundo nuevo, y el primer año aprendí bastante, y tuve bastantes vivencias, pero con los años siguientes, tres años más hasta el momento en el que escribo esto, he seguido aprendiendo y teniendo experiencias, tanto buenas como malas, pero siempre me he quedado con lo bueno, lo malo no merece revivirlo.
Gracias al arbitraje, he conocido y conozco mucha gente. Siendo tímido, a través del baloncesto he tenido la suerte de conocer a mucha gente: la mayor parte de esa gente es cojonuda, y me llevo genial con esa gente. Siempre me llevo bien con todo el mundo, pero tratar con gente que le gusta lo mismo que a mí es algo especial. Gracias a esto del arbitraje y del baloncesto, he conocido a muchas personas, muchas más que en cualquier otra circunstancia, si no fuera por esto, nunca las hubiera conocido. A muchos los puedo considerar mis amigos.
Hoy en día, tengo que decir que el baloncesto es lo que me llena. Quien me quite el baloncesto, me estará quitando la vida. No me imagino mi vida sin baloncesto."
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