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domingo, 8 de mayo de 2011

La historia de amor (IV)

Como decía, la cosa no duraría demasiado entre mis dos amigos. Al mes siguiente, la relación saltó por los aires cual bomba de relojería: tuvieron una discusión fuerte y no querían saber nada el uno del otro.
Es lo que pasa cuando dos personas son muy parecidas: ellos son dos personas activas, que no paran quietas. Cuando dos personas son muy parecidas, una relación no suele salir bien entre ellas, ya que no se pueden complementar el uno al otro. Si una persona es muy distinta de otra, en mi opinión, su relación funcionará, ya que uno le dará al otro lo que le falta, y viceversa.
Mis amigos estuvieron un tiempo sin querer siquiera hablar entre ellos. Yo me sentía raro: yo estaba entre ellos, era amigo de cada de uno de ellos, y no comprendía que habían hecho para acabar así. Debería, ciertamente, haber hecho algo por mejorar el trato entre ellos, cosa que no hice, pero estaban los dos muy tirantes en ese tema, y no veía que ninguno fuera a ceder en ese tema.
Al tiempo, tres o cuatro meses despues, volvieron a hablarse. Se disculparon mutuamente y procuraron que la situación no volviese a suceder.
Entretanto, yo seguía ciertamente enamorado de mi amiga. Menos que antes, me iba dando cuanta poco a poco de que ciertamente no tenía ya posibilidades de estar con ella, aunque seguía sintiendo algo por ella.
Llegó el verano, y nos reencontramos en mi pueblo. Ocurrió que mis dos amigos volvieron a intentarlo. Ya se sabe, quien tuvo retuvo, pero si seguimos con las frases hechas y con los refranes, ya se vio que segundas partes nunca fueron buenas. Por lo tanto, una tercera parte tampoco iba a ser buena.
Mi amigo estaba dispuesto a intentarlo, pero mi amiga estaba dubitativa. No estaba segura de que la cosa fuera a slir bien, y finalmente dijo que no quería intentar nada.
A mí me molestaba la situación: seguia sintiendo algo por ella, y no me echaba cuenta, además de que podría haber vuelto con mi amigo en mis propias narices, aunque la verdad es que eso se quedó en un segundo plano, ya que por entonces tenía a mi abuela en el hospital bastante grave.
Al año siguiente, ya no seguía enamorado de ella, pero sentía cierto rencor por lo que había hecho, no entendía que hubiese empezado a tener algo con mi amigo prácticamente en mis propias narices. Por mediación de mi amigo, hablé con ella del tema y lo solucionamos amistosamente.
La verdad es que hasta aquí ocupa lo que es la unica historia de amor verdadero que he tenido en mi vida. Supongo que en un futuro, no sé si cercano o lejano, volveré a tener otra historia de amor verdadero, pero mientras llega la ocasión, yo disfruto de la vida, y de mi libertad.

2 comentarios:

  1. LLEgara cuando menos te lo esperes y contra menos lo busques

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  2. Desde hace unos años, eso lo tengo más que claro. Con situaciones como esta, me quedó bien claro.

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