Hace varios años ocurrió un hecho que dio bastante que hablar en la Sevilla futbolística (y en el resto del territorio español). Tiene como protagonista a la plantilla que formaba parte del Betis en la temporada 2001 - 2002.
Como decía, corría la temporada 2001 - 2002. El Betis había ascendido de Segunda División junto al Sevilla y al Tenerife la temporada anterior, viviendo su particular año en el "infierno".
La liga llevaba tiempo comenzada, se iba a jugar la 11ª jornada el primer fin de semana de noviembre contra el Zaragoza en el estadio verdiblanco (por entonces llamado Manuel Ruiz de Lopera). Todo marchaba bien, el Betis iba sexto (por delante de todo un Real Madrid), una clasificación bastante favorable para tratarse de un recién ascendido (incluso había llegado a colocarse líder).
Pero varios días antes de recibir al Zaragoza (el partido se jugaba un domingo, 4 de noviembre del 2001), a un jugador verdiblanco le entran las ganas de fiesta, de celebrar la tan conocida fiesta americana de Halloween. Este "gambitero" respondía al nombre de Benjamín.
El 31 de octubre, día de Halloween, una buena parte de los jugadores "verdolagas" se encontraban en el chalet de Benjamín (no fueron a la fiesta los lesionados y alguno más), pegándose una juerga padre, que por lo que se contaba, no tenía nada que envidiar a las de los grandes rockeros como los Rolling Stones y demás: mujeres por la casa, algunas desnudas, alcohol "rulando" a tutiplén...
Todo parecía ir bien, hasta que el reloj marcó las cuatro y media de la mañana: en el chalet se presentaron nada más y nada menos que el señor "don Manué" y el entrenador bético por aquel entonces, Juande Ramos.
La situación me la imagino bastante cómica, con los jugadores sin saber dónde meterse, y al presidente y al entrenador del club sin dar crédito y sin saber qué decir. Es más, por lo visto, Denilson, que estaba en la fiesta, al ver a Lopera, fue corriendo a saltar por una ventana (para no ser visto) y "don Manué" le contestó: "Denilson, no huyas, que te he visto".
Esto trascendió a niveles insospechados, toda España supo del hecho inmediatamente, y se formó una gran polémica: un grupo de jugadores montándose una fiesta a pocas horas de tener un entrenamiento, con el club que venía de conseguir un solo punto de los 9 últimos (el partido anterior a la fiesta había acabado con un 3-0 en contra frente al Barça)...
El partido contra el Zaragoza no ayudó a calmar los ánimos: en un día pasado por agua, el equipo perdía en casa por 0-1, y con la afición abucheando a los jugadores.
Con el paso del tiempo, la cosa se fue calmando, incluso un servidor como yo lo recuerda hoy como un momento gracioso, pero en su momento, el tema no hizo gracia a nadie.
El fútbol y las fiestas, que combinación...
Buenísima entrada Dani!! Llevo meses queriendo escribir un artículo sobre este tema, pero me resultaba difícil abordarlo por lo que supuso en Sevilla aquella fiesta, es un toro que había que lidiar con cuidado jejeje y la de anecdotas que se han sabido a posteriori sobre la fiesta son inumerables!!
ResponderEliminarAnécdotas como la de Denilson hay muchas, como bien dices, es también conocida la de Joaquín, que vio a Lopera en el chalet y dijo: "Pues sí que está bien hecha la careta, oye..."
ResponderEliminarEl tema de la fiesta trajo mucha polémica en su día, recuerdo que casi no se hablaba de otra cosa en Sevilla.
@Dani, la de Juanito, no se queda atrás que por lo visto dicen que venía bajando por las escaleras diciendo: "¿Kiyo que le habeis hechao a los cubatas que estoy viendo a Donmanué en la puerta con el mister?"
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