Aunque consiguió victorias en la década de los 40 como la general de la Vuelta a Bélgica de 1948, fue en los 50 cuando su carrera destacó sobremanera en cuanto a triunfos: ya en 1950, consiguió ser segundo en la general del Tour de Francia y ganar una etapa.
Y no sólo cosechó esos logros en 1950: en 1952, volvió a ser segundo en el Tour, ganó etapas en la Vuelta a Argentina y en la Roma-Nápoles-Roma; en 1953 fue tercero en el campeonato en ruta de Bélgica y del mundo, ganó la Flecha Valona y repitió triunfo de etapa en la Roma-Nápoles-Roma; en 1954 venció en la Schaal Sels y en una etapa del Tour.
En 1955 consiguió el mayor éxito de su carrera al coronarse como campeón del mundo en ruta, logro que sumó aquel año a la Flecha Valona, la Lieja-Bastoña-Lieja, el maillot verde (de la clasificación de la regularidad) del Tour de Francia y el Challenge Desgrange Colombo.
En su último año como profesional, 1956, volvió a repetir como maillot verde del Tour (además de llevarse una etapa), ganó la Roma-Nápoles-Roma (en la que arrasó ganando en nada menos que 5 etapas) y se proclamó vencedor en dos etapas del Dauphiné Libéré. Sin embargo, en aquel año Stan Ockers falleció: cuando estaba participando en los Seis Días de Amberes en el Palacio de los Deportes, sufrió una caída el 29 de septiembre que le provocó la muerte el 1 de octubre. Tenía 36 años en aquel momento.
Su muerte provocó una tragedia en su país natal, con gente como el mismísimo Eddy Merckx (que tenía 11 años en aquel momento) muy afectada por el suceso. En honor a Ockers hay una estatua en Gomzé-Andoumont (localidad que forma parte del recorrido habitual de la Lieja-Bastoña-Lieja) y una calle en su localidad natal, llamada Stan Ockersstraat.
Fuente: es.wikipedia.org
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