En ocasiones, la gente toma drogas como si de kikos o pipas se tratara. El protagonista del vídeo (y del artículo de hoy) es un ejemplo de ello.
Un buen día, todo el alumnado de una universidad se encuentra en clase, llevando apuntes y todo eso, cuando, de repente, se empiezan a escuchar unos gritos...
Vean el origen de los gritos, y su continuación: ¡no tiene desperdicio!
Vídeo visualizado anteriormente en "La mazmorra de lo grotesco", fuente de este artículo.
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