Corría la temporada 1981-82. Schuster, entonces jugador blaugrana, había sido lesionado de gravedad en noviembre de 1981 por una entrada de Goikoetxea en un partido jugado entre Barça y Athletic, y se iba a perder lo que quedaba de temporada. Urgía en la directiva del Barça buscarle un reemplazo, aunque el entrenador Udo Lattek se oponía a que hubieran refuerzos, llegando a rechazar la incorporación de Toninho Cerezo (aquel brasileño que meses más tarde jugó el mundial en tierras españolas) escudándose en que jugó mal un amistoso entre la selección de Argelia y el Atlético Mineiro que él mismo presenció junto a Gaspart y Núñez.
Los directivos insistieron en traer fichajes, y se acabó contratando a Ignacio Hickmann, conocido como Cleo, procedente del Internacional de Porto Alegre. Sin embargo, apenas contó en el Barcelona: en el corto tiempo que formó parte de la plantilla, solamente jugó un partido amistoso contra el L´Hospitalet que terminó con un 1-3 como resultado. No jugó partido oficial alguno, no terminó de adaptarse, Zuviria le mandó un recado al tobillo en un entrenamiento, y la madre del cordero vino fuera de los terrenos de juego.
Y es que empezó a surgir el rumor de que era gay: había aparecido en la publicación "Folha de Sao Paulo" posando desnudo para unas fotos, y había declarado lo siguiente: "El homosexualismo no es anormal entre los jugadores, aunque nunca se practica en las conversaciones". Rumor absurdo, si quieren mi opinión personal: dudo que cualquiera de los dos argumentos antes mencionados sea indicativo de que una persona es homosexual (y además, ¿acaso importa la orientación sexual que tenga cada uno/a?).
Gaspart empezó a mover hilos para acallar los rumores. Le preguntó a Cleo si tenía novia, y el brasileño vino a decir que no, pero que tenía una prima llamada María José Costa. A Gaspart le valió, y organizó una boda en la que Cleo y María José se unieron en matrimonio en la iglesia de San Gregorio Traumaturgo. Lo bizarro de la boda es que a ella no asistieron ni amigos ni familiares de Cleo, en ella Núñez y Gaspart fueron testigos de la misma, y tuvo lugar un 2 de abril, en la previa de un Osasuna-Barça decisivo para el título de liga que ganaron los navarros por 3-2. Ah, y el banquete tuvo lugar en un local propiedad de Carlos Tusquets, directivo del Barça.
Una vez terminada la temporada Cleo volvió al Internacional, con sólo un partido jugado (el amistoso antes mencionado), los cinco millones de ficha que debía cobrar, el matrimonio con su prima y un Ford Fiesta de color blanco que le regalaron en un concesionario de Barcelona. Su estancia en el Barcelona fue una de las más extrañas del mundo del fútbol español.
Fuentes: mundodeportivo.com, kodromagazine.com, as.com
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