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lunes, 25 de marzo de 2024

"A mí, Sabino, que los arrollo"

La frase que sirve como título de este texto es una de las frases más conocidas de la historia del fútbol español, y tuvo lugar hace ya más de 100 años. ¿El marco de dicha frase? Un partido de los Juegos Olímpicos de 1920, organizados en Amberes. 

La selección española fue una de las 14 participantes en aquella edición de los JJOO. Comenzó su andadura jugando una eliminatoria de fase previa, en la que venció por 0-1 (gol de Patricio) a Dinamarca en La Butte (uno de los tres estadios en los que se jugó la competición de fútbol, junto a Bosuilstadion y el Estadio Olímpico). 

Posteriormente, en los cuartos de final, España se midió a Bélgica (país anfitrión y que posteriormente se alzaría como equipo campeón), perdiendo por 3-1. Pero ojo, el paso de España en esos JJOO no terminó ahí: la competición tenía reservada una fase "de consolación" que serviría para medir en una final a los equipos que se llevarían las medallas de plata y de bronce.

España inició esa fase jugando una eliminatoria contra Suecia, en la cual tuvo lugar la frase antes mencionada. El equipo español se fue al descanso perdiendo por 0-1, en un encuentro en el que hubo más golpes y patadas que en un combate de CZW de Zandig, según coincidían muchos como el recordado Zamora o el masajista sueco (se apunta que probablemente hubiera mucha permisividad debido a que el árbitro del encuentro era italiano y que el ganador se enfrentaría a Italia en la siguiente ronda). De hecho, el partido acabarían jugándolo siete contra ocho (en aquella época no se permitían las sustituciones).

El gol del empate lo marcaría Belauste. Una falta cercana al área la botaría Sabino, y Belauste pidió que se la pusiera al grito de "A mí, Sabino, que los arrollo" (hay fuentes que indican que Belauste inició la frase diciendo "A mí el pelotón..."). Dicho y hecho: el balón acabó dentro de la red, al igual que el propio Belauste y cuatro jugadores suecos entre los que se encontraba el guardameta. Este tanto iniciaría la rápida remontada española, ya que en el minuto 53 (apenas dos minutos después del empate) Acedo anotó el 2-1 definitivo que le dio el pase a España a la siguiente ronda (como ya comenté antes, contra Italia).

El partido contra los italianos se saldó con victoria por 0-2 (doblete de Sesúmaga), y en la tercera y última ronda antes de llegar a la final, España no tuvo que disputar partido para pasar de ronda y acceder al partido por la medalla de plata: debían haberse enfrentado a Checoslovaquia, pero dicha selección fue descalificada por el abandono que protagonizó en la final por el oro ante Bélgica (se marcharon en el minuto 39 en protesta por lo que pensaban que era un mal arbitraje y por la entrada de tropas belgas en la grada del estadio). Curiosamente, el otro partido de esa ronda, Países Bajos-Francia, quedó también sin jugarse debido a que los franceses no se presentaron a jugar.

El conjunto español se hizo con la plata ya que ganaron a los neerlandeses por 3-1 (otro doblete de Sesúmaga y gol de Pichichi), siendo entonces considerados como subcampeones mundiales ya que por aquel entonces no existía el mundial como tal (el primer mundial se disputó en 1930 con Uruguay como primera selección campeona). 

Fuente: es.wikipedia.org, as.com

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