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viernes, 3 de enero de 2020

La tragedia de Furiani


En este blog he tocado temas relativos a estadios: estadios en sí como el desaparecido Sarriá (antiguo estadio del Español) o el San Nicola (estadio del Bari); abandonos de estadios como el antiguo La Victoria, el Insular, el antiguo Colombino o el Lluis Sitjar; o tragedias como la de la bengala en Sarriá que provocó la muerte de un aficionado españolista o la tragedia del estadio Heysel en los momentos previos a una final de Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus. Hoy toca comentar la tragedia del estadio Furiani.

Hay que remontarse al año 1992. El día 22 de abril el Bastia eliminaba al Nancy en los cuartos de final de la copa francesa en el estadio Armand Césari de la localidad de Furiani, en el cual se habían instalado unas gradas supletorias para aumentar el aforo en 2.500 espectadores (sin dichas gradas supletorias el estadio alcanzaba un aforo de 9.000 localidades) debido a la expectación que había creado el encuentro.

Pocos días después el sorteo de semifinales emparejó al Bastia con el Olympique de Marsella, que por aquella época destacaba (llegó a ganar cuatro ligas seguidas y jugó dos finales de Copa de Europa, la de 1991 que perdió con el Estrella Roja y la de 1993 que acabó ganándole al Milan). Ante tal noticia, la directiva del Bastia quiso ir un paso más allá con el aforo: el presidente (Jean François Filippi) decidió tirar una de las gradas (la Tribuna Norte, llamada Claude Papi) para acoger más aficionados.

La grada podía albergar 750 aficionados y, hecha de hormigón, llevaba desde 1948 en pie. Se planteó levantar en el lugar de dicha grada unas gradas de armazón metálico para elevar el aforo hasta los 18.000 espectadores. El día 24 de abril (teniendo en cuenta que el partido en casa contra el Olympique tendría lugar el 5 de mayo) la directiva contacta con la empresa del anterior presidente para tirar la grada y la demolición se produjo en plena madrugada (04:30 horas). De hecho, los jugadores, al saltar al césped del estadio para entrenar, se quedaron sorprendidos al ver que la grada había desaparecido.

Lo malo de la demolición, es que no se había registrado ningún permiso de demolición en el ayuntamiento de Furiani. No fue la única irregularidad que se cometió a la hora de la obra de la grada: hubo una sola empresa (llamada Sud Tribune) encargada de la obra ya que la otra empresa a la que se le encargó hacerla se retiró de hacerla ante la inviabilidad de la misma; con apenas 7 días para levantar la grada (tras una reunión exprés entre las partes interesadas) tuvo lugar una huelga de transportistas que hizo que la empresa encargada de la obra tuviera que hacerla con "lo puesto" en cuanto a materiales ya que la federación regional de fútbol apremiaba con lo apretado de las fechas de competición; a pesar de que una comisión de seguridad desaconsejaba seguir con la obra, la federación regional dio validez al proyecto; y se vieron anomalías como que no había alumbrado de seguridad o que no había una salida de emergencia. Vamos, una obra que anda tendría que envidiar de las que hacía Jesús Gil.

El día del partido aún se estaban ajustando tornillos en la grada, que se veía claramente inestable. Un enviado especial de Radio France llegó a decir que no podía distinguir a los jugadores en el campo antes de que empezaran a calentar porque la grada se movía mucho y los aficionados se tenían que agarrar a las barandillas.

A las ocho y veinte de la tarde (apenas 40 minutos antes del comienzo del partido) los cimientos de la grada se vinieron abajo. Se tuvo que organizar un gran dispositivo en el césped del estadio para trasladar a todos los afectados del derrumbe: los hospitales de Córcega estaban saturados y se tuvieron que desplazar heridos por vía aérea hasta el aeropuerto de Poretta para ser trasladados hasta Marsella y Niza. Hubo un total de 18 muertos y 2357 heridos por este suceso.

Lo sucedido provocó que se anulara aquella edición de la copa francesa (el Olympique pidió jugar el partido en terreno neutral), que hubiera un juicio (dos días antes del mismo asesinaron al presidente del Bastia) en el que se imputó a 18 personas por homicidio imprudente (el ingeniero Jean Marie Boimond tuvo la condena más alta, dos años de cárcel), que hubiera dos atentados en protesta por lo sucedido, y que lamentablemente dejara un recuerdo imborrable en lo negativo por las muertes y los heridos que hubo por esta catástrofe.

Fuentes: es.besoccer.com, wanderersfutbol.com, es.wikipedia.org

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