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jueves, 12 de julio de 2018

El vuelo transatlántico de Charles Lindbergh


Uno de los hitos de la historia y de la aviación fue el vuelo que hizo Charles Lindbergh, en el que cruzó el océano Atlántico (de París a Nueva York, para ser exactos) sin hacer escalas, siendo la primera persona en la historia que lo conseguía (cosa que con el tiempo ayudaría a promocionar la aviación comercial).

Charles Lindbergh, nacido el 4 de febrero de 1902 en Detroit (EEUU), fue un piloto de aviones o aviador, profesión para la cual mostró interés desde una edad temprana, ya que a los 20 años se unió a la escuela de vuelo y mecánica de la Nebraska Aircraft Corporation. Allí daría sus primeras clases de aviación, aunque no conseguiría el título de aviador debido a que no podía pagar el seguro de accidente.

Posteriormente, tras comprar su propio avión por 500 dólares, trabajó como aviador funambulista (llamando a su avión para tal actividad "Daredevil Lindbergh") y aviador de una compañía de servicio de correo aéreo e incluso pasó por el ejército (donde recibió formación) como piloto

Sin embargo, en 1927 se hizo conocido a nivel mundial: Raymond B. Orteig (francés nacionalizado estadounidense) ofreció un premio en 1919 de 25000 dólares a quien consiguiera realizar un vuelo transatlántico entre Nueva York (punto de origen) y París (punto de destino). Lindbergh recogió el guante y decidió realizar tal tarea (recibiendo para ello un préstamo de 15000 dólares de dos empresarios y otro de 1000 de la Ryan Aeronautical Company (que le suministró un avión valorado en 10580 dólares), a los que añadió 2000 dólares de su propio bolsillo).

Una vez fabricado el avión, al que se le llamó "Spirit of Saint Louis" (hubo en la desaparecida liga de baloncesto ABA un equipo llamado así en homenaje a dicho avión) y que estaba fabricado para un solo piloto (también tenía un solo motor, y su fuselaje y sus alas estaban recubiertos de tela, aunque al parecer no tenía frenos y su visión delantera era precaria), Lindbergh despegó el 20 de mayo de 1927 de Roosevelt Field (Nueva York), con algo más de 1700 litros de combustible en el depósito hacia París.

En algo más de 33 horas y media, Lindbergh consiguió aterrizar, no sin dificultad: se guió por las estrellas (cuando las podía ver, recuerden la visibilidad que tenía el avión), cuando el tiempo lo permitía. Además en su mapa no aparecía el aeropuerto de la Bourget, el aeropuerto de París, aunque sabía que estaba situado a 12 kilómetros de la capital francesa.

Cuando aterrizó vio tantas luces que pensó que era un complejo industrial, pero provenían de los coches de la gente (unas 150000 personas) que esperaba para recibirlo, que practicamente que abalanzó sobre él.

Lindbergh hizo auténtica historia con este vuelo. Luego sería conocido tristemente por sus ideas políticas (apoyaba a Hitler, era antisemita y estaba a favor de los partos selectivos), pero es otra historia...

Fuentes: es.wikipedia.org, fly-news.es, elespanol.com

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