Recibe este nombre porque tuvo lugar en el camping de Los Alfaques, un campamento de playa situado en el municipio de Alcanar (Tarragona) a 3 kilómetros de San Carlos de la Rápita.
Aquel día de julio, un camión cisterna cargado con 25 toneladas de propileno licuado salió de la refinería Enpetrol, y se dirigió hacia Alicante por la antigua vía N-340. Tras haber recorrido unos 102 kilómetros, cuando llegó a la altura del lugar en el que estaba situado el camping de Los Alfaques, a las 14:35 horas, el camión explosionó.
Esa explosión provocó una bola de fuego que arrasó el campamento. Poco después se produjo una segunda deflagración, probablemente producto de la presencia de bombonas de gas que los campistas tenían allí y que por consiguiente se unieron a la bola de fuego. La bola de fuego llegó a una temperatura estimada de 2000 grados centígrados, quemando todo lo que había allí hasta dejarlo carbonizado, de tal manera que incluso llegó al mar cuyo agua hirvió, haciendo que los bañistas y los que se lanzaron al agua huyendo del fuego murieran de forma inmediata.
Se calculó, en un primer balance, que había 158 muertos, aunque la cifra de fallecidos ascendió (a 215) por la gente que no pudo sobrevivir tras ser trasladada a las unidades de quemados de diferentes hospitales (no había cuerpo de bomberos en la localidad, se tuvo que pedir ayuda a la gente de varias localidades cercanas para trasladar a los heridos en coches particulares). Se cree que la tragedia pudo haber sido mayor si hubiera tenido lugar en San Carlos de la Rápita (lugar que estaba tres kilómetros antes de llegar Los Alfaques), que en aquella época del año podía albergar hasta 20000 personas.
El motivo de aquella primera explosión (una explosión de tipo BLEVE) fue la siguiente: la cisterna del camión estaba portando más carga de la cuenta (llevaba 25 toneladas de propileno, cuando su máximo de carga eran aproximadamente 19 toneladas y media), y el calor de verano que daba en la chapa de la cisterna hizo que el propileno se calentara y aumentara la resión del tanque, hasta que los cierres cedieron y la cisterna reventó, dando lugar a la explosión.
Esta tragedia tuvo lógicas consecuencias: se obligó desde entonces a que los camiones cisterna que transportaran mercancías peligrosas a no entrar en travesías urbanas y a circular por autovías, se mejoró la seguridad a la hora de transportar mercancías peligrosas mediante nuevas reglamentaciones, y las empresas "Cisternas reunidas" y "Enpetrol" fueron condenadas a pagar unas indemnizaciones de unos 2200 millones de pesetas de la época.
El camping fue reconstruido en varios meses, y a día de hoy sigue con su actividad.
Fuentes: es,wikipedia.org, elperiodico.com, lavanguardia.com
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