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viernes, 18 de agosto de 2023

El caso de Jeffrey Doucet

Uno de los casos macabros de la televisión estadounidense más conocidos es el de Jeffrey Doucet, cuya muerte fue captada por las cámaras y vista por muchísimos espectadores.

Jeffrey Doucet era un entrenador de karate de 25 años que vivía en Baton Rouge (en el estado de Louisiana, Estados Unidos). Daba clases de la mencionada arte marcial a niños, y en 1983 comenzó a ser alumno suyo Jody Plauché (y dos hermanos suyos), un chico que tenía once años de edad.

El entrenador estaba muy bien considerado en su trabajo y tenía la admiración de sus alumnos, pero las cosas se empezaron a torcer con el paso del tiempo: hubo padres que retiraron a sus hijos de las clases de karate que impartía este hombre, debido a que notaron conductas raras en los niños.

El padre de Jody, Gary, notó lo que pasaba con los compañeros de karate de su hijo. Comenzó a sospechar de la conducta de Jeffrey, que empezó a mostrarse cada vez más cercano a su hijo y a la madre de este, que estaba casada con él y que se fue alejando de su lado porque pensaba que era un celoso y, además, tenía cada vez más en mejor consideración a Jeffrey.

Jeffrey fue creando una relación con Jody en la que el niño le veía como un amigo y llegó, en febrero de 1984, a montar una estratagema para secuestrarlo: se lo llevó a California, a un motel situado en la ciudad de Anaheim, donde abusó sexualmente y violó de él. No era la primera vez que lo hizo, ya que había abusado de él durante un año. A final del mes, tras una búsqueda de la policía, Jody fue encontrado debido a que hizo una llamada a cobro revertido a su madre, lo que permitió hacer un rastreo que llevó a la policía a detener a Jeffrey en el motel.

Tras devolver a Jody a su familia el 1 de marzo de 1984, Jeffrey fue trasladado en avión a Baton Rouge para ser juzgado. Al aterrizar en el aeropuerto de la localidad de Lousiana sobre las 9 y media de la noche, el padre de Jody lo estaba esperando: un periodista le había avisado de la llegada del abusador de su hijo, y se camufló con una gorra y unas gafas de sol junto a una cabina de teléfono en la que estaba hablando con un amigo, al que avisó de sus intenciones. Su amigo no tuvo tiempo de avisar a la policía... 

Y es que Gary, justo en el momento que Jeffrey pasaba delante de él custodiado por la policía, le disparó en la cabeza: murió al día siguiente tras entrar en coma. Gary fue reducido y detenido inmediatamente, y fue enjuiciado por sus acciones. Lo sucedido puede verse en este tweet (ojo, discreción con el mismo).

Gary no fue enviado a la cárcel: le acusaron en un principio de asesinato en segundo grado, pero acabó aceptando la culpabilidad de homicidio involuntario, por la que fue castigado con siete años de sentencia suspendida, cinco años de libertad condicional y 300 horas de trabajo comunitario. La opinión popular defendía la acción de Gary: entendían que lo hacía por amor hacia su hijo.

Gary murió en octubre de 2014, a un mes de cumplir 69 años. Jody escribió un libro titulado "Why Gary why?" en el que cuenta la historia desde su perspectiva. 

Fuente: es.wikipedia.org, biobiochile.cl

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