Ciripolen

El Ciripolen fue una de las cosas que hicieron furor en los años 90. Pero... ¿de qué manera?

Inventado por Cirilo Marcos Rodríguez, el Ciripolen es una bebida de un color tirando a blanquecino que está compuesta de leche, cacao, miel, jalea real, polen y varias hierbas. La historia cuenta que Cirilo ideó esta pócima tras pasar dos meses en Cuba y necesitar por primera vez en su vida hacerle una visita al médico por el cansancio que tenía. El doctor le dijo que tenía el colesterol alto y un índice de ácido úrico muy elevado. 

Tras el diagnóstico, Cirilo pensó en un consejo de su padre (conocido como el Tío Picho y apicultor de profesión), que decía que había que tomar polen y miel para estar sano (la miel, entre otras propiedades, regula el colesterol y la tensión arterial y mejora la circulación de la sangre). Y acabó dando con la fórmula para crear su bebida bautizada como Ciripolen. 

Cirilo comenzó a servirlo en vasos en su bar, situado en un pueblo de Cáceres llamado Las Mestas muy cerca de la frontera con la provincia de Salamanca. El rumor sobre este brebaje les llegó en 1991 a unos periodistas que estaban haciendo en Extremadura un reportaje sobre pócimas que los pueblerinos hacían, y fueron a su bar para comprobar de primera mano qué tal estaba: dicen que el sabor era parecido al del Bayleys. Pero el sabor no era lo más característico del Ciripolen: se le atribuía a esta bebida el poder vigorizante sobre los hombres, en una época en la que la Viagra no estaba ni en el pensamiento de sus creadores.

El reportaje se publicó no mucho después en cuatro páginas de un semanario, y rápidamente el Ciripolen se hizo viral: llegó a ir a la televisión a participar en programas con José Luis Coll y María Teresa Campos, estuvo presente en discotecas donde promocionaba su producto, se recibían montones de cartas pidiendo el producto (una de las hijas de Cirilo asegura que algunas venían con fotos en las que aparecían miembros erectos (¿podríamos decir que esto era el precursor de las temidas "fotopollas"?), se publicitó en la Vuelta a España y en diversos estadios de fútbol, patrocinó a un equipo de fútbol americano y también el Rayo Vallecano lo tuvo como patrocinador (en la temporada 1992-93)... Ah, y en 1998, el Rey emérito Juan Carlos I conoció a Cirilo en una visita que el monarca hizo a la zona de Las Hurdes.

   

Esto le supuso a Cirilo que tuviera que contratar a dos empleadas ante la alta demanda de la gente y tener que envasar su producto ayudado por la compañía Reny Picot. Se vendía en farmacias y en grandes almacenes como El Corte Inglés, tuvo muchos comerciales e incluso tuvo un stand en la Expo de Sevilla. Sin embargo, no crean que Cirilo se convirtió en un ricachón: para gestionar su negocio, se fio de un hombre con el que se asoció que, básicamente, le engañó y no recibía todo el dinero que debía recibir. El socio acabó ingresando en prisión y Cirilo apenas pudo reformar su bar para ampliarlo, montar un restaurante y construir una casa. 

Pasada la década de los 90, el Ciripolen dejó de producirse industrialmente (en 2003) para volver a hacerse de forma artesanal hasta el día de hoy. 

Fuente: elmundo.es, elespanol.com