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sábado, 25 de febrero de 2012
Juegos reunidos
En estos días me he estado acordando de uno de los juegos con los que eché horas y horas cuando era un crío: los juegos reunidos.
Tendría yo unos 3 años más o menos cuando mi madre me regaló una caja de juegos reunidos (no consigo acordarme de si fue por mi cumpleaños o por Navidad), de la marca Geyper (ya saben, aquella marca que hizo tan famosos los Geyperman (donde estén los Geyperman, que se quiten los Action Man)).
No siempre traían los juegos reunidos la misma cantidad de juegos: dependiendo del tamaño de la caja (que a su vez dependía del dinero que tuviese el consumidor), podías disfrutar desde unos 20 juegos hasta unos 60 (aproximadamente).
En los juegos reunidos, podías encontrar desde los juegos más comunes (como el parchís, la oca o el backgammon) hasta algunos que no habías visto nunca. Con estos últimos, no había problema: la caja traía las instrucciones de absolutamente todos los juegos.
Había algunos juegos que recuerdo que me parecían curiosos y que me hacían gracia: recuerdo dos en concreto, uno en el que se jugaba con unos ratoncitos de plástico duro y de diferente color cada uno (no recuerdo como se llamaba el juego, y tampoco consigo recordar como se jugaba con los ratoncitos). El otro en el que se se usaban unas fichas de color blanco o negro (según se repartiese) y una "peonza" con diferentes inscripciones (como por ejemplo "negro pierde uno" o "blanco gana dos"). Según la inscrpcion que tocase, cada jugador ganaba o perdía la cantidad de fichas de su color correspondiente.
Yo creo que los tiempos en los que se jugaba con cosas como los juegos reunidos eran mejores: con juegos y juguetes como ese, uno se lo pasaba como un enano toda la tarde, no como ahora, que los niños sólo saben coger la videoconsola de turno y encima se cansan al rato.
Que buenos tiempos eran esos...
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