Jason Collier llegó a la NBA vía draft, ya que los Milwaukee Bucks lo seleccionaron en el nº 15 de la primera ronda del draft de 2000. y lo traspasaron la misma noche del draft a los Houston Rockets, donde fue un jugador de banquillo que apenas jugaba una media de 10 minutos por partido en tres temporadas en las que el número máximo de partidos que jugó en una temporada fue 25.
A mediados de la temporada 2003-04 (en el mes de marzo) llegó a los Atlanta Hawks (en pretemporada firmó con Minnesota Timberwolves, pero lo cortaron sin haber debutado siquiera) donde pudo tener algo más de protagonismo y ser lo que podríamos llamar un jugador de complemento, especialmente en su primera temporada con el equipo del estado de Georgia.
Sin embargo, todo se truncó antes de que empezara la temporada 2005-2006. En plena pretemporada, concretamente el 15 de octubre de 2005 comenzó a tener problemas para respirar cuando estaba acostado en la cama: su mujer, con la que tuvo una hija que en aquel momento apenas tenía un año, llamó a la ambulancia mientras le hacía maniobras de reanimación, y dijo que Jason se había puesto de color azul. Lamentablemente, Jason murió cuando la ambulancia lo llevaba de camino a un hospital. El motivo de que Jason no fuera capaz de respirar y su posterior muerte fue que su corazón sufrió una alteración del ritmo cardiaco debida a un tamaño anormalmente grande de su corazón.
El homenaje a Jason por parte de los Atlanta Hawks no se limitó a retirar su dorsal, el 40, sino que también, desde su fallecimiento, entregan un premio de forma anual con su nombre a aquel jugador de la franquicia que mejor ejemplifica los valores de un embajador para la comunidad.
Fuentes: sportscasting.com, nytimes.com, es.wikipedia.org
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