Javier Otxoa es uno de esos ciclistas que lamentablemente fallecieron a una pronta edad. Nacido el 30 de agosto de 1974 en Barakaldo, sus inicios en el ciclismo tuvieron lugar en la Sociedad Ciclista Punta Galea, donde entró con 13 años. En categorías inferiores llegó a vencer en el Circuito Montañés.
Tras pasar por el equipo ONCE, fue en el equipo Kelme donde consiguió su mayor hito en el ciclismo profesional: en el año 2000, venció en la etapa del Tour de Francia que tenía como meta la cima de Hautacam, tras una escapada de casi 160 kilómetros en la que Lance Armstrong no fue capaz de alcanzarle, aventajándole en 41 segundos en la llegada a meta (llegó a sacarle casi 10 minutos de ventaja).
Lamentablemente, su vida cambió para siempre, ya que sufrió un atropello junto a su hermano Ricardo durante un entrenamiento por parte de un coche. El atropello se cobró la vida de su hermano Ricardo, que falleció en el acto, y dejó a Javier muy grave, llegando a pasar más de 60 días en coma en cuidados intensivos.
Javier pudo sobrevivir, pero el atropello le dejó secuelas irreversibles, ya que le provocó parálisis cerebral. Su carrera profesional, por tanto, acabó, aunque con el tiempo acabó desarrollando una carrera en el ciclismo adaptado que le llevó a competir en los Juegos Paralímpicos de 2004 y 2008, en los cuales consiguió un total de cuatro medallas: una de oro y una de plata en 2004, y otra de oro y otra de plata en 2008, obtenidas tanto en ruta como en pista.
Por desgracia, Javier falleció el 24 de agosto de 2018, con 43 años, tras una enfermedad larga.
Fuente: es.wikipedia.org, tourmalet.elperiodico.com, lavanguardia.com, planetatriatlon.com
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