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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Makanaky en el Málaga

A Dani Benítez, cuando jugaba en el Granada, le gustaba tanto beberse cubatazos de Beefeater en la noche granadina que rápidamente le apodaron en la ciudad de la Alhambra como Dani Beefeater. Cyril Makanaky, jugador camerunés, en cambio, dio nombre a cierta sustancia en la ciudad de Málaga (Málaga la bella, que diría Chiquito de la Calzada) en su paso por el extinto CD Málaga.

Para saber el motivo, entremos en materia. Makanaky, camerunés nacido en Douala el 28 de junio de 1965, jugó con la selección de su país el mundial de 1990 celebrado en Italia. En dicho mundial, Camerún destacó, ya que se convirtió en la primera selección africana en la historia en llegar a cuartos de final del torneo, y además se dio el gustazo de avanzar a octavos como primera de grupo tras haber ganado a Argentina (que había ganado el mundial anterior) en el partido inaugural por 1-0.

Tras la actuación mundialista de Camerún, Makanaky fue fichado por el CD Málaga, que había bajado recientemente a Segunda (quedó el 17º, que era puesto de promoción, y en la eliminatoria de promoción el Español tuvo que recurrir a la tanda de penaltis en el partido de vuelta para ganar). y pretendía volver a Primera de forma rápida. El entonces presidente del equipo malagueño José Pardo se subió a un avión privado para presentarse en Francia y ficharlo, y se dice que a Makanaky le hicieron hasta cuatro contratos: el oficial, otro encubierto (para cobrar dinero en negro (no es una indirecta)), otro con una empresa de Bélgica que tenía en propiedad sus derechos de imagen y otro con su equipo de origen, el Toulon.

Se esperaba que junto al difunto "Palomo" Usuriaga Makanaky se erigiera como la figura del Málaga, pero por desgracia ese hecho no sucedió. Si bien los números de su primera temporada como malaguista no chirrían (bajo mi punto de vista) demasiado ya que marcó 6 goles en 25 partidos, no terminaba de contar como fijo para Waldo Ramos primero y para Ben Barek después.

En su segunda temporada los guarismos bajaron: 0 goles en 14 partidos, tuvo problemas de lesiones (se operó de osteopatía de pubis y se le curó mal la operación ya que se quitó los puntos él mismo antes de tiempo)... y con las drogas. Makanaky empezó a frecuentar la compañía de los camellos del barrio de La Palmilla, cercano a La Rosaleda, a los cuales les compraba una vieja a la que llaman María Juanita según el grupo Brujería. Dicen que era bastante habitual verlo hacer dicha compra, así como frecuentar los bares de Torremolinos para pegarse sus buenos ratos de fiesta.

El consumo que hacía de los cigarritos de la risa supuso que en Málaga rápidamente los bautizaran con el apellido de Makanaky. No era raro decir aquello de "hacerse un Makanaky". 

¿Y que pasó con Cyril tras su segundo año en Málaga (en el que el equipo bajó a Segunda B)? Fue de equipo en equipo desde aquel 1992 en que se fue de la Costa del Sol: estuvo un año en el Villarreal (fue el primer mundialista en vestir la camiseta amarilla), y luego vistió las camisetas de Maccabi Tel Aviv (ganó la liga de Israel), del Barcelona de Ecuador en dos etapas distintas y del Ajaccio, sin sumar más de una temporada en cada equipo (a excepción del Barcelona de Ecuador, claro, ya que sumó dos temporadas allí ganando dos ligas ecuatorianas). Y ojo, que se le atribuye la leyenda de que embrujó al Barcelona de Ecuador: ante la situación de que el club le debía un dinero, decidiría contratar a un hechicero para que maldijera al Barcelona, que estuvo 15 años sin ganar ni un sólo título. Probablemente en Ecuador no quieran escuchar a los malagueños eso de "hazte un Makanaky"...

Fuente: eldesmarque.com, bdfutbol.com, transfermarkt.es, vice.com

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