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domingo, 9 de marzo de 2025

Zaire en el mundial de 1974

La actuación de Zaire (país actualmente conocido como República Democrática del Congo) en el mundial de fútbol de 1974 es recordada como una de las peores de la historia del torneo.

Para llegar a jugar el torneo mundialista, Zaire debió pasar un total de cuatro eliminatorias entre 1972 y 1973: eliminó consecutivamente a Togo, Camerún (con un partido de desempate) y Ghana en eliminatorias a ida y vuelta, para ser acabar siendo el primer clasificado de un triangular en el que también figuraban Zambia y Marruecos (el partido de vuelta contra los marroquíes no llegó a jugarse: en el de ida, resuelto con un 3-0 favorable a los zaireños, se lesionó Ahmed Faras (la estrella de Marruecos) por las múltiples patadas de Zaire (como si fueran Jimmy y Jey Uso) y Marruecos pidió que se repitiera el partido, una protesta a la que la FIFA no accedió y que provocó la no presencia de Marruecos al partido de vuelta).

Zaire conseguía así la única plaza mundialista disponible para la zona africana, haciendo historia al ser la primera selección subsahariana en clasificarse al mayor torneo de selecciones del fútbol. Y ojo, que el plan del dictador congoleño Mobutu Sese Seko de traer a un seleccionador extranjero, el yugoslavo Blagoje Vidinic (que, como portero, había jugado la Eurocopa en 1960 y ya había clasificado como entrenador a Marruecos al mundial anterior jugado en México), siguió dando sus frutos a inicios de 1974 (antes de comenzar el mundial) ya que Zaire se proclamó campeón de la copa de África de aquel año (ganó la final en un desempate a Zambia).

El sorteo de grupos del mundial hizo que Zaire quedara encuadrado en el grupo 2 junto a Escocia, Yugoslavi y Brasil (selecciones a las que se enfrentaría justo en el orden en que las he escrito). El primer partido se saldó con una derrota por 2-0 frente a los escoceses (vean por cierto el segundo gol, una jugada digna de un partido de alevines de liga municipal).

 

Lo más estrámbotico vino con el segundo partido, contra Yugoslavia. Tiempo antes de se disputara, un asesor de Mobutu dijo a los jugadores que no iban a cobrar el dinero que les habían prometido por jugar el mundial, por lo que los futbolistas decidieron ponerse en huelga y negarse a jugar ante los yugoslavos. 

Finalmente el conjunto zaireño saltó al césped del Parkstadion de Gelsenkirchen, pero totalmente desmotivado: en el minuto 18 de la primera parte, el marcador ya lucía un 3-0 para Yugoslavia. Para más inri, en el minuto 20 Vidinic ordenó que el portero Kazadi Mwamba fuera sustituido por el suplente Tubilandu Ndimbi: no fue un cambio táctico o por lesión, sino que un representante del ministerio de deportes de Zaire obligó a que se realizara el cambio ya que Ndimbi era más del agrado en el ministerio zaireño. Y lo primero que hizo Ndimbi en el campo fue sacar el balón de su propia portería ya que nada más salir Katalinski anotó el 4-0.

Tras el cuarto tanto yugoslavo, hubo otra bizarrada: Mwepu Ilunga, defensa zaireño, golpeó al árbitro, pero no fue expulsado, sino que quien se llevó la tarjeta roja fue Ndaye Mulamba. El propio Mulamba dijo: "Los árbitros no nos distinguen y ni siquiera lo intentan. Ellos sólo ven nuestro color y piensan que somos todos iguales. Le dije que no fui yo el que lo golpeó. Mi compañero le dijo que había sido él, pero no quiso escucharnos." El encuentro ante Yugoslavia se fue al descanso con un 6-0 y en la segunda parte se anotaron otros tres tantos para finalizar con un 9-0.

 

El partido ante Brasil sería recordado por motivos ajenos al fútbol. Mobutu envió al hotel donde se hospedaba el equipo a unos enviados que dijeron ser su guardia presidencial y que comunicaron al equipo (que recibieron 3000 marcos alemanes por cabeza de la FIFA para que no renunciaran a seguir jugando) que si perdían por más de tres goles (Brasil necesitaba ganar por esa ventaja (tres goles) para poder pasar a la siguiente ronda) no podrían volver a Zaire sanos y salvos. 

Los brasileños consiguen adelantarse a los doce minutos gracias a Jairzinho, y no consiguen su segundo tanto (obra de Rivelino) hasta el minuto 66. El tercer gol lo anota Valdomiro a falta de 11 minutos para el final, y cuando el reloj marcaba el minuto 85, Brasil tiene la oportunidad de lanzar una falta bastante cercana al área grande de Zaire, que podría suponer el 4-0 que sería fatal (en todos los sentidos) para Zaire. 

El antes mencionado Mwepu (que no debía estar jugando aquel partido), al oír el pitido del árbitro que daba lugar al lanzamiento de la falta, decide ante el estupor de todo el mundo (que desconocía lo que sucedía de puertas para adentro en Zaire) coger carrerilla y patear el balón hacia el campo brasileño. Mwepu, que buscaba ser expulsado, no consiguió su objetivo ya que solamente vio la amarilla, pero al menos contribuyó a que Brasil no marcara el cuarto gol y que el partido acabara 3-0, y también a salvar su pellejo y el de sus compañeros. La jugada fue la risión durante mucho tiempo debido a que, como ya he dicho antes, no se sabía la amenaza de Mobutu y se creía que los zaireños eran unos jugadores que no se sabían las reglas del juego.

 

Tras un papel verdaderamente olvidable en aquel mundial, el propio Mwepu dijo que cuando volvieron a su país sus paisanos les repudiaban (tras haber sido idolatrados por su clasificación mundialista). 

Fuente: es.wikipedia.org, tonicruzprensa.com, enunabaldosa.com, panenka.org

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