Todo este escándalo sucedió en la temporada 1979-80. Fue nombrado como "Totonero", que traducido del italiano al español viene a significar "quiniela negra", debido a que se amañaron partidos para conseguir beneficios con las apuestas clandestinas de las quinielas.
En marzo de 1980 Massimo Cruciani, un frutero de Roma, acudió a la Fiscalía de la capital italiana para presentar una denuncia por haber sido víctima de estafa. Se había aliado con Álvaro Trinca, que poseía un restaurante que varios jugadores de la plantilla del Lazio frecuentaban, para contactar con los mencionados futbolistas e iniciar una trama con la que amañaban los resultados de los partidos de la Serie A.
La trama consistía en que Trinca y Cruciani pedían dinero a prestamistas y se lo adelantaban a los jugadores, que debían trucar los resultados de los encuentros. Debido a que no siempre conseguían amañar todos los resultados que querían, la deuda que contraían con los prestamistas fue aumentando, y al intentar reclamar a los jugadores que querían el dinero de vuelta y no conseguirlo, recurrieron a presentar la denuncia que he mencionado en el párrafo anterior. Trinca fue arrestado y Cruciani, a pesar de huir de la justicia italiana, fue detenido finalmente y posteriormente encarcelado.
El escándalo saltó a los medios, y conforme se fue investigando, se descubrió que la trama tenía más implicados. Se llamó a declarar a un total de 48 personas entre las que se encontraban no solamente jugadores, sino también dirigentes de clubes. Muchos jugadores fueron detenidos el 23 de marzo de 1980, un domingo en el que se estaba disputando una jornada de Serie A y Serie B, de tal forma que cuando terminaron de jugar su partido correspondiente y de ducharse, fueron conducidos a dependencias policiales a declarar. Por mencionar declaraciones, Felice Colombo, que era presidente del Milan, había dado dinero a Enrico Albertosi (portero del Milan) para que se lo entregara a Cruciani por arreglar una victoria contra la Lazio (que sucedió, el tanteo fue un 2-1 para el equipo "rossonero"); y Paolo Rossi (el más famoso de los implicados en la trama) acordó un empate entre su equipo, el Perugia y el Avellino, y dicho empate se dio (un 2-2 con un doblete de Rossi).
Todo esto supuso un fuerte impacto social (más aún teniendo en cuenta que Italia estaba a pocos meses de ser anfitriona de la Eurocopa que se disputaba en ese 1980). La federación italiana tomó cartas en el asunto con sanciones antes incluso de que se celebrara el juicio, aunque luego modificó algunas de ellas en parte. La justicia italiana dejó en manos de la federación de fútbol las sanciones deportivas y absolvió a los jugadores, y condenó a Cruciani a que pagara 300000 liras y las costas judiciales.
Las sanciones deportivas fueron las siguientes:
-Equipos: el Milan y la Lazio fueron descendidos a Serie B (el Milan sólo tardó un año en ascender, mientras que al Lazio le costó dos temporadas el lograr el ascenso a Serie B). El Avellino, el Perugia y el Bologna empezarían la temporada 1980-81 en Serie A con -5 puntos, mientras que en Serie B el Palermo y el Taranto empezarían esa temporada con la misma sanción de puntos.
-Jugadores: los menos sancionados obtuvieron sanciones de meses (desde tres como Damiani (Nápoles) o Colomba (Bologna) hasta los diez de Morini (Milan)) y hubo otros que fueron castigados con sanciones de años (desde un año y dos meses hasta 6 años). Los que recibieron las sanciones más contundentes fueron Pellegrini (Avellino, seis años), Cacciatori (Lazio, cinco años) y Della Martira (Perugia, cinco años). Paolo Rossi fue sancionado con dos años, aunque pudo volver a tiempo para jugar el Mundial de España 1982, en el cual se consagró ganando el torneo con la selección italiano y siendo Bota de Oro del mismo.
-Dirigentes: Felice Colombo fue inhabilitado de forma total, y Tommaso Fabretti, presidente del Bolonia, fue sancionado con un año de sus funciones.
Fuentes: es.wikipedia.org, mundodeportivo.com
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