Mirko debutó con 18 años en la campaña 1996-97 de la liga argentina con el San Lorenzo de Almagro, en una derrota por 2-0 frente al Unión de Santa Fe. A la temporada siguiente, 1997-98, comenzó a tener minutos de forma recurrente con el equipo y fue destacando, de tal manera que llegó a llamar la atención del Real Madrid, que hizo una oferta seria por su fichaje.
Sin embargo, su fichaje por el club merengue no se hizo efectivo: el Real Madrid ofreció diez millones de dólares por su pase, pero San Lorenzo rechazó la cantidad ya que pensaban que era un precio bajo dada la calidad de Mirko, que destacaba por habilidades como su visión de juego, su pegada al balón o sus remates de cabeza.
Tras ese fichaje fallido por el Real Madrid, la trayectoria y vida de Mirko comenzó a decaer: en un partido de reservas contra River Plate jugado en diciembre de 1999, se lesionó en los ligamentos de la rodilla izquierda, una lesión grave que le fue afectando a su salud mental, de tal forma que entró en un proceso de depresión.
Le ocurrió también un desafortunado incidente con su coche: cuando lo conducía un día, tuvo un choque con otro coche que lo llevó hacia un arcén. El dueño del otro coche quiso aprovechar la situación para ver si podía sacar tajada de ello y se abalanzó sobre el coche de Mirko para fingir que había resultado herido.
Pero posiblemente la peor situación que vivió Mirko fue la que involucró a su novia, una chica del barrio (Flores) en el que vivía él junto a sus padres. Llevaba un año (aproximadamente) con ella, que se había quedado embarazada. Pero había algo malo con el embarazo: tanto el propio Mirko como su madre Ivana tenían dudas acerca de que Mirko fuera el padre de la criatura, debido a que Mirko estaba concentrado con la selección argentina de juveniles en Japón cuando ocurrió la concepción. Por ello, Mirko pagó una prueba de ADN para comprobarlo: resultó ser negativa, siendo así ciertas las sospechas de que la novia de Mirko le había sido infiel.
Mirko se encontraba muy deprimido: llegó a hablar con el que era su entrenador, Ruggeri, comentándole que no le encontraba sentido a la vida. El entrenador no supo qué decir, ya que esperaba que Mirko le hablara de fútbol en vez de aquella confesión vital. Ni Ruggeri, ni su madre Ivana, ni un psiquiatra al que comenzó a visitar, ni nadie consiguieron que Mirko pudiera superar su depresión.
El 4 de abril de 2000 (aquel día tenía un juicio por el incidente con el coche antes mencionado) Mirko decidió dejar este mundo al ahorcarse con las sábanas de su habitación, siendo encontrado sin vida por su madre. Tenía apenas 21 años y su fallecimiento supuso un impacto en el mundo del fútbol.
Mirko está enterrado en el cementerio San José de Flores de Buenos Aires.
Fuentes: marca.com, es.wikipedia.org, findagrave.com, bdfutbol.com
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