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miércoles, 22 de mayo de 2024

El matamendigos

Francisco García Escalero fue un asesino en serie denominado como "el matamendigos" ya que buena parte de sus víctimas mortales fueron vagabundos.

Nacido en Madrid el 24 de mayo de 1954, tuvo una serie de enfermedades mentales, tales como enajenación, esquizofrenia, manía depresiva, trastornos sexuales e incluso necrofilia. A todo ello había que añadir el consumo agudo de alcohol y de psicotrópicos.

Los primeros años de existencia de este individuo demostraron que nada iba bien en su vida: vivía en un poblado chabolista cercano al cementerio de La Almudena, con 12 años comenzó a tener tendencias suicidas ya que se ponía delante de los coches en marcha para que le atropellaran, se paseaba de noche por el camposanto, se colaba en casas abandonadas, y su padre le daba palizas enormes visto su comportamiento. 

Con 16 años robó una moto, y este delito le valió ingresar en un reformatorio. En 1973, tras salir de ahí con otros tres delincuentes, asalta a una pareja de novios cerca del cementerio antes mencionado y violan a la mujer obligando a su novio a ver dicho acto. Debido a este delito, fue condenado a 12 años de prisión. 

Tras cumplir condena con 30 años de edad, Francisco se convirtió en un vagabundo que cometía todo tipo de aberraciones: desenterraba cadáveres en el cementerio con los que luego practicaba la necrofilia, se acostaba en los nichos, contrataba prostitutas a las que golpeaba y forzaba a hacer prácticas sexuales en contra de su voluntad... 

Todo acabó degenerando en los asesinatos que cometió: su primera víctima fue Paula Martínez, una prostituta a la que Francisco asesinó en 1987 llevándola a un descampado en el cual la apuñaló, decapitó y quemó. Apenas un año después, se ensañó con un vagabundo: lo apuñaló, le aplastó la cabeza con una piedra, le cortó su pene y lo metió en su boca. 

En ese 1988 mató a otros dos vagabundos más (a uno, además de decapitarlo, le cortó las yemas de los dedos), y hasta 1993, las personas que fueron asesinadas (según el propio Francisco, fueron un total de 14, pero solo se pudieron probar 11) sufrieron el mismo modus operandi: fueron apuñalados, decapitados (en algunos casos las cabezas fueron arrojadas a un pozo), calcinados, eviscerados o se les aplastó la cabeza.

El último asesinato tuvo lugar en 1993: ese año, tras ingresar voluntariamente en un psiquiátrico, acabó huyendo de allí con otro internado, llamado Víctor, al cual le aplastó la cabeza y le quemó. Francisco se intentó suicidar arrojándose a la carretera, pero no tuvo éxito y fue ingresado en un hospital ya que se rompió una pierna. En el hospital avisó a las enfermeras de que debían detenerle porque era un asesino en serie. 

Cuando le detuvieron tiempo después, confesó sus crímenes y le acabaron condenando a 30 años de cárcel, pero dicha pena se le revocó por serle reconocido como un demente. Fue internado en cambio en un psiquiátrico penitenciario ubicado en Fontcalent, lugar en el que murió a la edad de 60 años en 2014.

Fuente: elindependiente.com, el cierredigital.com

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