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martes, 9 de agosto de 2022

El Hullera en 2º B en la temporada 1994-95 (II)

Hace casi tres años publiqué en este blog un artículo hablando de la temporada 1994-95 del Hullera en la ya desaparecida Segunda división B. Hoy publico una segunda parte: en 2019 desgrané los datos de aquella temporada que se saldó con el descenso a Tercera al haber quedado como colista de su grupo (el II).

El Hullera fue un equipo de una localidad de la provincia de León llamada Ciñera (perteneciente al municipio de La Pola de Gordón) que el año pasado (2021 en el momento de escribir esto) tenía 723 habitantes y que como curiosidad tiene que cerca de él hay un bosque de hayas en el que se recomiendan rutas senderistas y una mina.

El Santa Bárbara, que era el estadio del Hullera, pudo ver fútbol de Segunda B aquella temporada 1994-95 prácticamente de repente: el Real Burgos llevaba tiempo cayendo en picado y ocurrió que en 1994 descendió deportivamente a Segunda B tras quedar penúltimo en Segunda en la campaña 1993-94 (y se libró de quedar colista porque el Cádiz hizo un papel horroroso aquel año al sumar únicamente 18 puntos en un año en que aún valían dos puntos las victorias). Sin embargo, por las deudas económicas, se decidió que bajase administrativamente a Tercera (categoría en la que ni siquiera pudo inscribirse por la situación que tenía en cuanto a economía) a principios de septiembre de 1994 y se le ofreció su plaza al Hullera, que no dudó en aceptarla.

La situación era un tanto rara: la plaza en Segunda B la solicitaron apenas dos días antes de empezar la competición, que arrancarían contra el Alavés en Mendizorroza (con derrota por 2-0). La plantilla, además, era un equipo que estaba preparado para jugar en Tercera y que estaba formada por jugadores aficionados que cobraban 35.000 pesetas por jugar, de hecho la gran mayoría de los jugadores se ganaban la vida trabajando en la mina cercana a la localidad (los que no, estaban estudiando aún). De hecho, Sixto, jugador del Hullera aquel año, dijo que tras jugar en La Romareda contra el Zaragoza B, volvió del viaje de vuelta desde Zaragoza a las nueve de la mañana a su casa, soltó su bolsa con sus útiles del equipo y se marchó con otra bolsa a trabajar a la mina. 

Fue difícil para el Hullera competir en Segunda B en todos los aspectos con tal humilde plantilla (incluso les costaba jugar en su propio campo ya que solía estar nevado o embarrado (cual patatal como era Las Gaunas) con lo que tenían que recurrir a jugar al patadón para arriba), pero los propios jugadores disfrutaron de la experiencia como un niño en una tienda de juguetes: jugaron en La Romareda (llena, recuerden que ese año el Zaragoza ganó la Recopa), Anoeta, Mendizorroza, o Los Pajaritos, estadios que antes o después disfrutaron del fútbol de Primera; y además podían estar orgullosos de que ese año fueron el equipo de la provincia de León que más alto jugó (la Ponferradina y la Cultural Leonesa habían bajado de Segunda B a Tercera). Y por si fuera poco, se alegraban del hecho de que se conocían desde cadetes y de representar al equipo de su pueblo, al que habían visto desde niños. 

Pero la alegría no duró mucho tiempo futbolísticamente hablando: como ya mencioné, el Hullera volvió a Tercera con la misma rapidez con la que apareció en Segunda B al descender como colista destacado. Además, el Hullera acabó desapareciendo, y su campo de juego, el Santa Bárbara, se encuentra (al menos así era en 2020 según la fuente de la que he sacado la mayor parte de la información para escribir este artículo) en estado de abandono y de semiruina.

Fuente: bdfutbol.com, leonoticias.com, ine.es, es.wikipedia.org, es.besoccer.com

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