Consejos para ser un buen árbitro

Esta entrada la quiero dedicar a dar consejos a aquellos que sean árbitros o que quieran serlo. Todo aquel que empieza en esto del arbitraje se encontrará ciertamente perdido, y necesitará consejos para mejorar. Mis consejos, desde mi punto de vista, y la experiencia que me dan 5 años arbitrando, son estos:
-No caer en el nerviosismo, o al menos hacerlo lo menos posible. Es normal que en tus primeros partidos, estés nervioso. La falta de experiencia y el no saber si se es capaz de llevar bien un partido así lo hacen. Pero hay que procurar estar lo menos nervioso posible: los nervios hacen que te descentres y empeoren tus cualidades arbitrales.
-Saber controlar el partido: uno de los objetivos del árbitro es que el partido no se le vaya de las manos, es decir, que no se formen peleas, discusiones... La gente debe saber que eres la autoridad del partido, la persona que imparte justicia y a la que hay que respetar.
-Hacerse respetar: como autoridad del partido, hay ciertas cosas que no se deben permitir, como por ejemplo ciertos tonos de protestas. Hay que saber tener un poco de mano derecha con los equipos, pero a la misma vez, que no te tomen por el pito del sereno.
-Ser consciente de tus limitaciones: debes saber cuales son tus defectos arbitrando, e intentar corregirlas. También hay que saber que tipo de partidos eres capaz de pitar: por ejemplo, yo soy capaz de arbitrar como árbitro de pista hasta categoría cadete, y como árbitro anotador (aquel que lleva el acta de un partido) soy capaz de pitar en todas las categorías.
-Respetar: para ser respetado, hay que saber respetar. Nunca hay que faltarle a ningún equipo (ni a ningún componente de ellos).
-Tener ciertos conocimientos del deporte: parece un consejo chorra, pero no lo es: me he topado con árbitros que no sabían prácticamente nada de baloncesto, no sabían lo que era un campo atrás, por ejemplo.
-Ponerle empeño: no hay que desanimarse. Nadie dijo que ser árbitro fuera fácil, pero no hay que dejarlo a la primera bronca que tengamos en un partido. Si todos los árbitros lo hiciesen, no habría árbitros, y por consiguiente, competición. Así se explica que yo lleve 5 años pitando a pesar de todas las bullas en las que estado envuelto.
Más o menos, con estos consejos, en mi opinión, se es, al menos, un árbitro decente.