Hace algunos días que escribí este artículo sobre George Reeves (sí, no me he molestado en poner una foto diferente a la de aquel artículo). En esta ocasión, el artículo va a tratar sobre su muerte, que sucedió en tales circunstancias que no se sabe a ciencia cierta el motivo que la originó.
Ya había comentado en tal artículo que George Reeves había quedado encasillado en el papel de Supermán tras haberlo encarnado en una serie de televisión y una película, de tal manera que en 1957, tras la cancelación de la serie, no encontraba trabajo en ninguna producción y tenía que ganarse un dinero en veladas de wrestling con su uniforme del superhéroe de Krypton.
Un año después, parecía que la vida le sonreía, ya que le habían contratado para rodar una película en España, iba a grabar una nueva temporada de la serie de Supermán y además iba a casarse con Lenore Lemmon (una señora de las altas sociedades neoyorquinas) en 1959. Sin embargo, la boda no llegaría a realizarse debido a la muerte del propio George...
El 15 de junio de 1959, justo cuatro días antes de la boda, George estaba en su casa con Lenore y otras personas celebrando una fiesta, cuando, tras haber bebido mucho y dolerle la cabeza (había tenido un accidente de tráfico reciente que le provocó jaquecas por las que tomaba calmantes), decidió irse a dormir. Poco después se escuchó el sonido de un disparo, por lo que todos acudieron a la habitación en la que estaba George.
Allí encontraron a George sin vida, desnudo y sobre la cama, con un agujero de bala en su sien derecha. Cuando los policías que llegaron allí se dispusieron a inspeccionar, descubrieron lo siguiente: el arma que supuestamente había infligido la muerte al actor estaba a los pies de la cama, y bajo el cadáver había un casquillo de bala. Se duda cómo había caído el cuerpo en esa posición.
Tampoco había huellas dactilares en el arma, y la herida de bala carecía de restos de pólvora, que indicaba que el disparo se había hecho desde cierta distancia, y por lo tanto suponía que sería difícilmente un suicidio.
Al recoger del techo la bala que se habría incrustado allí tras pasar por el cráneo de George, descubrieron que otra bala había agujereado el suelo y estaba en el artesonado del piso inferior, y una tercera bala fue encontrada en una viga del techo. Tras un examen balístico, se dictaminó que las tres balas procedían del arma encontrado en la habitación, y extrañamente, sólo se encontró un casquillo de las tres y que sólo faltaba una bala del tambor de la pistola (que podía indicar que las otras dos balas habían sido disparadas previamente o, si no, reemplazadas posteriormente).
A Lenore Lemmon le preguntaron por esas dos balas, a lo que respondió que se le había disparado el arma por accidente dos veces al haber estado jugando con ella y que George jugaba en ocasiones a suicidarse con una pistola de fogueo, y que alguien habría cambiado las balas falsas del arma por algunas verdaderas.
Lenore también llegó a decir, cuando George se fue a dormir, lo siguiente: "Seguro que ahora va a pegarse un tiro". Ella lo negó, aunque hubo invitados que la escucharon decirlo.
Por otra parte, el agente de George Reeves especuló con que Eddie Mannix o su hija Toni (que había tenido una relación con George y que tras su fin llegó a acosarlo con llamadas) o incluso un sicario contratado por ellos lo había asesinado y que habían advertido a los invitados con hacer lo mismo con ellos si declaraban algo de lo sucedido. La madre de George, aparte de pedir de una segunda autopsia, descubrió por un abogado que su hijo ya había estado a punto de morir tres veces en misteriosas circunstancias.
La policía, finalmente, dictaminó que la muerte fue un suicidio porque George se encontraba en estado depresivo y porque en su cuerpo había una mezcla de una alta cantidad de alcohol y calmantes. Sin embargo, nunca ha quedado claro el motivo de su muerte a pesar de la explicación oficial de la policía.
Por último: en la herencia de George, la única persona beneficiaria fue Toni Mannix, sí, aquella mujer que lo había estado acosando tras acabar su relación.
Fuente: libro "Un paseo por el lado oscuro de Hollywood"
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