10. Hartarte de comprar cromos por poco dinero: ¿Quién no ha coleccionado los cromos para luego pegarlos en el álbum? ¿Recuerdan cuando iban al colegio y los cambiaban con los colegas?
Hoy en día, un sobre de cromos de fútbol cuesta 60 céntimos, 20 duros al cambio. Con esos 20 duros yo podía comprarme tres sobres de cromos y acababa pasándomelo teta esperando a ver qué cromos me salían.
9. Jugar interminables pachangas en la calle con tus amigos: Jugar cuando eres un niño muchas pachangas en la calle hasta reventarte.
8. La jugabilidad tan grande que ofrecían los videojuegos de fútbol de antaño.
7. Echar 5 duros (a veces, 20 duros) en las máquinas recreativas para jugar al Super SideKicks.
6. El encanto que tenían los antiguos estadios de fútbol, con su grada y su afición pegados al terreno de juego.
5. La Recopa: El gol de Nayim. Nada más que decir.
4. Los campos encharcados y llenos de barro.
3. Ciertos jugadores como Alfonso con sus botas blancas o Finidi.
2. Equipos míticos como el Logroñés, el Salamanca, el EXtremadura, el Mérida, el Oviedo... Y la promoción a doble partido.
1. La igualdad entre los equipos económica y deportivamente hablando: aunque siempre ha habido equipos que han estado un escalón por encima, siempre había un ramillete de equipos que podían ganar la liga (y la copa del Rey, ni te cuento).
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